Reproduzco aquí el epígrafe Terror en el vending del Capítulo III (sobre alimentación) de mi libro Tu consumo puede cambiar el mundo. No me preguntéis ni cómo ni por qué, pero desapareció uno de sus párrafos de la impresión final sin que nadie me lo comunicase. Lo supe después, repasando el libro para realizar la segunda edición. Mientras tanto, lo recojo en negrita. Para mi es importante porque me llevó dos meses de investigación y porque refleja el greenwashing y los pocos escrúpulos de una de las marcas de refrescos más famosas: Coca-Cola.
Para los que no hayáis leído mi libro, su hilo conductor parte de un pregunta que me he hecho durante mucho tiempo ¿Compraríamos nuestra marcas favoritas si al tocarlas pudiéramos hacer un flashback en ellas, ver cómo producen y ser conscientes de sus abusos sociales, medioambientales, culturales, económicos, políticos, etc.? Así que el libro se basa en que una mañana, resulta que tenemos esa capacidad de hacer flashback, y observamos que hay tras lo que consumimos…
Aquí os dejo con la lectura del epígrafe íntegro, tal y como debió salir publicado.
Terror en el vending
Comprando refrescos en la máquina expendedora de la oficina conoceríamos lo escasa que es el agua (es el 72 % de la superficie terrestre, pero sólo 2’5 % es dulce y 0’3 % renovable [1]) y lo mal repartida que está: el Word Economic Forum en 2014 calificó su crisis como la tercera en impactos (la alimentaria es la octava), 1.200 millones no tienen acceso, una quinta parte de la humanidad vive en áreas de escasez física y otros 1.600 millones sin infraestructuras [2]. En el último siglo su uso aumentó más del doble que la población: un tercio del mundo experimentó carencia severa, 5 millones mueren al año por su contaminación y 1.400 niños al día por su falta. 22 % del gasto es consumo doméstico, 18 % industria y 60 % agricultura. Mientras en EE.UU un ciudadano usa 1.600 metros cúbicos al año, en el Congo 6, brecha que veríamos agravarse al aumentar la población, la industria, el uso urbano y la agricultura o ganadería intensiva. En 2025 1.800 millones vivirán en zonas de escasez total y dos tercios del globo con acceso limitado. Un verdadero escenario Mad Max en el que 20% consumimos 80% de la disponible. Y el flashback mostraría que a veces sin escrúpulos. En el vending sabríamos que ninguno de los 10 gigantes alimentarios que sigue Oxfam Intermón protege el derecho al agua y que los refrescos tienen excesivo azúcar (de media 60 gramos, 12 cucharadas pequeñas) y elevan los riesgos de sobrepeso, obesidad, diabetes o infarto [3]. E igual nos terminaba por dar un parraque al presenciar el flashback de malas praxis:
Escogiendo La Casera visionaríamos que despidió 1.300 personas en Nigeria impidiendo su sindicación y que luego tuvo que readmitir[4]. Si es Cerveza Estrella Dahm o Cacaolat, del Grupo Carceller, veríamos su pasado falangista y diversos fraudes al fisco[5]. Y si es PepsiCo, líder de snacks (Lays, Fritos, Cheetos, Ruffles, Doritos, 7Up, Pepsi, Gatorade, Tropicana, etc.) pese a haber reconocido el derecho al agua, descubriríamos que arrastra actitudes Cowboys hídricas, laborales, explotación infantil, de recursos, usa transgénicos, incluso que apareció un condón en una de sus botellas [6] y que en 2015 el colectivo de consumidores Sum of Us les acusó de seguir deforestando la selva de Indonesia con su aceite de palma[7]. Además acaparar tierras en Brasil o Camboya para azúcar, como veríamos también al elegir Coca-Cola [8], dueña de Fanta, Sprite, Tab, Nestea (con Nestlé), y para Ethical Consumer “La novena marca menos ética de los últimos 25 años”.
Con su “Chispa de la vida” en mano percibiríamos casos tan oscuros como su brebaje: la campaña Stop Killer Coke que denuncia hace años sus abusos laborales y evasión fiscal; también ostenta cientos de despidos en España, denuncias de explotación infantil en proveedores de Filipinas, Camboya, Tailandia y más países; muertes, desapariciones, amenazas a sindicalistas de Sinaltrainal en Colombia, y en 2015 el último de varios fallos judiciales la condenó y multó por violar los derechos humanos de empleados, por contaminación y por no pagar el consumo de agua allí, algo habitual. Además sabríamos que su eslogan “Destapa la felicidad” y su programa “Viviendo positivamente” para un impacto hídrico neutro en 2020, contrasta gravemente con sus políticas: los especialistas que la vigilan apuntan que consume el doble de agua que emplea (la mayoría en limpiar envases, maquinaria, o desechada); en Paynesvilleen (Liberia) desde 2013 apreciaríamos vulneraciones y contaminación por su producción, como en Polonia en 1999, en tierras campesinas en India (2003-04), o en el río Matasnillo en Panamá (2003). También vendió bebidas contaminadas allí y en Colombia (2003) o en Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia (1999). Y sus embotelladoras depredan [9] aunque esponsorizó el Foro del Agua en México en 2006 o colabore en el Proyecto de Recuperación de la Tablas de Daimiel y otro de sus claims rece: “Llevamos años comprometiéndonos con la sociedad”, hipocresías intolerables y obscenas al ver casos como el de Nejapa (El Salvador) donde desde 2015 peligra el agua de 30.000 habitantes por una [10]. Y que en Kala Dera (Rajasthan, India), donde tienen 50 plantas, provocó la Tragedia de los Comunes al explotar agua subterránea declarada ya sobreexplotada en 1998. En 2000 agotó la de 32 pueblos. En 2008 se denunció [11] y la marca dijo estar devolviendo 15 veces más agua recogiéndola de la lluvia. Al preguntar por ello al Business & Human Rights Resources Centre en India, me remiten el informe del Dr. Aneel Karnani, profesor asociado de la Universidad de Michigan desplazado in situ en febrero de 2014 que lo califica de greenwash[12]: “No hay absolutamente ninguna evidencia que apoye la afirmación –asegura– A pesar de que Coca-Cola haga afirmaciones fantásticas es destacable que no ha instalado ningún medidor de cantidad de agua recargada y son relativamente baratos de poner y mantener para ellos”. “Si la compañía fuera realmente seria acerca de ser socialmente responsable dejaría de explotar aguas subterráneas egoístamente para dar beneficios a sus accionistas”, dijo Amit Srivastava del Centro de Recursos Indio [13] que asistió al Dr. en su visita. “En vez de medir realmente la recarga, usan un modelo matemático de ‘recarga potencial’ –relata el Dr.– Cuando se lo pedí, con los supuestos para examinarlos con un hidrogeólogo, dijeron que lo mostrado en la hoja de cálculo era un documento interno”. Y verificó que sus afirmaciones de consumo “muy limitado” son falsas al ver los medios de subsistencia agrícolas y los de la multinacional. “La planta no es un usuario de baja intesidad de aguas subterráneas”, concluye. Y además señala: “la necesidad de regular firmemente la defensa de bienes comunes y recursos como el agua”. ¿Comprometidos con quién?
Casualmente en 2013 viví una de sus campañas de incidencia desde dentro. Su agencia de planificación de medios, tras confirmar la inversión en el grupo donde trabajaba, quiso que periodistas y/o altos responsables de revistas les visitáramos en su sede “sostenible”. Al entrar, un muro narraba su historia oficial y en recepción descansaban su Memoria de “Sostenibilidad”, información del edificio y del Proyecto de las Tablas. En la sala de reuniones nos ofrecieron el famoso refresco o sus aguas, casi como en un estudio de mercado. Casi todos cogimos las segundas. Nos desvelaron que el objetivo de la cita era “informarnos” para que en redacción se escribieran contenidos donde no aparecería su marca, ni la palabra “promocional”, para los que nos facilitaban sus nutricionistas como fuentes “independientes”. El Head Marketing Health de la casa dando sorbos de Coca-Cola, mantuvo dos cruzadas. La primera contra las noticias de efectos perniciosos del azúcar que tanto les perjudican (dijo que éste no engorda, y culpó al sedentarismo, igual que argumentan en México y más países cuando les acusan de contribuir a la diabetes infantil o el sobrepeso). La segunda era favor de hidratarse, gesto, que con el azúcar, vino a decir, eran básicamente las dos aportaciones geniales de la icónica bebida. Recalcó que tiene menos calorías que una cerveza (molesto porque no reciban la mala prensa de los refrescos, pese a su alcohol) y aprovechó para hacer mención de sus colaboraciones con la Fundación para la Diabetes o la NASA, para finalizar “sugiriéndonos” escribir sobre: “La verdad y mentiras de los refrescos” (haciéndonos eco de sus afirmaciones y fuentes), y sobre que “La actividad física combate la obesidad” o “La importancia de hidratarse y como los refrescos ayudan”. Saldrían en meses pactados, reforzando el concepto de hidratación. Para entonces tenían orquestada una campaña sobre ello que nunca mencionaron. Salimos de allí con un juego de vasos de regalo de la marca bajo el brazo. Y servidora, ojiplática.
[1]Miguel Moro Vallina. Vivir con menos. Ediciones Nobel. Pag. 22-23.
[2] Water Scarcity International decade for action “water for life” 2005-2015. ONU.
[3] Marion Nestlé. Big Soda Politics: A Call to Advocacy. 4 de diciembre de 2015.
[4] Court restrains La Casera from sacking workers. Nigeria. 2015. The Guardian. La Casera Fire Hundres of workers & shuts down operations. Septiembre de 2015. Bella Maija.
[5] Daniel Grasso. La dinastía Carceller, un imperio levantado en tiempos de Franco. 12 de septiembre de 2013. El Confidencial. Alberto Ortín. El Jardines y su hijo (los Carceller), a juicio: una fortuna de más de 3.000 millones en el banquillo. 3 de septiembre de 2016. El Confidencial.
[6] Información procedente Business and Human Rigths Resources Centre, Exploitation, child labor found in Indonesia palm oil linked to PepsiCo: charities. Reuters 15 de julio de 2016; Pepsi fined over condom in bottle.BBCNEWS, 26 de abril de 2006.
[7] Información prcedente de sumofus.org
[8] Jamie Merrill. Oxfam accuses Coke and Pepsi of taking land from the poor. Octubre de 2013. The Independent.
[9] Información recopilada de Business & Human Rights Resources Centre, killercoke.org, Corpwatch, Public Citizen, CorpwatchIndia, India Resource Center, Reuters, CNN en Español, Polaris Institute, Ciepac, Coca-Cola to Investigate Sugar Sourced From Cambodia. Noviembre de 2013. Cambodia Daily; Sinaltrainal Colombia. www.sinaltrainal.org; New Dawn (Liberia). Winston Parley & Ben Wesse. 5 de enero de 2014.
[10] Maribel Hernández. El uso de un acuifero para hacer Coca-Cola amenaza el agua de 30.000 personas en El Salvador. 15 de junio de 2015. El diario.es
[11] The Energy and Resources Institute (TERI).
[12] Study debunks Coca-Cola’s CSR Claims in India. Coca-Cola’s Operations Lead to “Tragedy of the Commons”. 26 de febrero de 2014. Business & Human Rights India, India Water Portal e India Resource Center.
[13] India Resources Center. 2014.
Ilustración: Sofía Bernardino.