Mi FairPhone

Comparto esta experiencia de consumo responsable para quienes os interesen las alternativas de consumo en tecnología, y porque esta empresa holandesa es un ejemplo de buenas prácticas en el sector.

Adquirí mi FairPhone en mayo de 2016, es el que veis en la foto. Antes tenía una Blackberry, que dejó de funcionar correctamente víctima de obsolescencia programada.

Estaba escribiendo Tu consumo puede cambiar el mundo, y era consciente de sus impactos ambientales y el poco respeto del sector de la tecnología por los derechos humanos y laborales en las cadenas de producción, tanto de los manufactureros y manufactureras, como de los mineros que extraen los minerales que componen los móviles. No podía mirar hacia otro lado, ni contribuir a un modelo productivo tecnológico que degrada a las personas y el medio ambiente. Así que decidí no dar mi dinero a compañías como Apple, Samsung, LG, etc., y optar por la pequeña empresa holandesa FairPhone.

Sólo poseen una referencia de modelo por serie, Fairphone, Fairphone 2 y Fairphone 3. Todavía no es un móvil 100% justo, peero su modelo de negocio se basa en otros valores. No se preocupa sólo obsesivamente por el beneficio empresarial, sino que tiene en cuenta el impacto del ciclo de vida de sus artículos desde su fabricación hasta que se desechan. Me costó unos 500 euros.

En esos momentos había entrevistado a Daria Koreniushkina del equipo de FairPhone para mi libro, su honestidad me agradó pese a que me contó que consideran que no hacen móviles de comercio justo debido a la complejidad de minerales y componentes de los aparatos electrónicos: «Un smartphone no es un plátano que crece en un árbol y se puede certificar», me dijo.

Están en el proceso de ir certificando sus minerales , como libres de conflicto, por ahora sólo lo pueden hacer con algunos, pero trabajan para ampliar su radio de acción en ellos, y en todos sus materiales para que sean lo más sociambientalmente responsable posible.

Además luchan contra la obsolescencia programada y la basura electrónica o e-waste, residuos que afectan cada vez más al globo, y a quienes lidian con ellos a menudo sin protección, en muchas regiones del planeta donde acaban, en numerosas ocasiones niños y niñas de estratos desfavorecidos.

Me llegan actualizaciones al móvil, la intención es alegar su vida lo máximo posible para no tener que adquirir otro cada poco tiempo, es fácil de entender, de reparar y el propio usuario lo puede abrir.

Por supuesto, creo que necesita mejoras, certificar más minerales y componentes. También espero que puedan desarrollar su propio sistema operativo porque ahora es Android, y te obliga a usar los servicios de Google. El que tienen de Linux debes instalarlo tu, todavía no lo he intentando.

Con el tiempo implementan mejoras, y puedes proponerlas, el servicio de atención (por email) es muy amable, aunque hay que tener paciencia para las reparaciones, porque no poseen servicio técnico en España. Te mandan las piezas para que las cambies tu mismo, o te dan instrucciones para que intentes resolver el problema que te haya podido surgir. No me ha dado muchos problemas, todo sea dicho de paso, alguno que otro a partir del tercer año en algún módulo (del micrófono y la cámara), pero pude cambiarlos yo misma.

Es un modelo de negocio tecnológico independiente que sirve de inspiración para la industria convencional y para que surjan otros productos de tecnología fabricados bajo mejores estándares sociales y medioambientales: ordenadores, consolas, televisores, electrodomésticos, etc. En este sector es muy difícil encontrar opciones de consumo responsable o consciente ya que las marcas suelen trabajar con los mismos proveedores y fabricar a muy bajo coste, para obtener un alto beneficio, provocando unos impactos sociales y medioambientales terribles, como describo en Tu consumo puede cambiar el mundo.

FairPhone es un proyecto en la buena dirección de crear tecnología sin tantos efectos nocivos, pero también la segunda mano en tecnología es una opción responsable: alarga la vida de estos aparatos que cada vez se desechan antes, creando menos impactos en el planeta y sus recursos.

Mi operador telefónico es Somos Conexión, de tipo cooperativo, lo contraté sin tener que pagar la cuota inicial de socia, gracias a un acuerdo intercooperativo que mantiene con el Mercado Social de Madrid, en el que estoy como consumidora. En vez de seguir rotando por los operadores de turno, probé esta opción de la Economía Social y Solidaria, por su forma de gobernanza más transparente y participativa, así como por sus valores sociales y ambientales, que poco tienen que ver con lo de las grandes multinacionales, aunque también tiene que pagar a los grandes operadores por tener cobertura, con lo que una parte de lo que pago va a parar a ellos. Un mercado, que como la energía, no está tan liberalizado como dicen algunos. En España, los operadores de telefonía, junto con las eléctricas, son de las compañías que más quejas acumulan de consumidores descontentos. Yo era una.

Este es el embalaje en el que recibí mi FairPhone.

 

 

Deja un comentario