Bancos éticos para un mundo mejor

Con lo que más disfruto es con la investigación, pero mi profesión de periodista también implica muchas veces «bajar» la información de datos, técnica, teórica o académica más compleja, a prácticas de consumo responsable, o sostenible, que existen de alternativas al consumo convencional por las que la ciudadanía pueda optar, como en este reportaje más divulgativo sobre banca ética, publicado en Cuerpo Mente (RBA).

Se puede leer AQUÍ.

La banca ética es aquella que no invierte el dinero que se le confía en actividades nocivas para la sociedad, ni para el medio ambiente. En España existen dos bancos de este tipo con estatus bancario otorgado por el Banco de España: Triodos Bank y Fiare. Entrevisté a sus responsables para este reportaje y, con anterioridad, para el capítulo de finanzas de mi libro Tu consumo puede cambiar el mundo. El primer banco, es de origen holandés, y el otro, de tipo cooperativo, con raíces italianas. Ambos operan aquí desde hace más de una década.

Soy cliente de Triodos Bank desde hace años, decidí cambiarme porque no quería que mi dinero se dedicara a inversiones que no estén alineadas con mis valores. Tampoco quería participar en un tipo de banca que se ha lucrado con la burbuja inmobiliaria, de los desahucios, con conductas peligrosas (energía nuclear, fuentes fósiles, transgénicos, armas, etc.), con actuaciones perversas (experimentación animal, mercantilización del sexo, de los juegos de azar, especulación, explotación infantil o adulta, etc.) o violando derechos humanos, como recojo en mi libro Tu consumo puede cambiar el mundo. Estos bancos éticos no operan en bolsa, ni realizan ningún tipo de actividad especulativa, sólo invierten en proyectos de economía real con impacto positivo, como podéis leer con más profundidad en el reportaje.

Triodos cobra comisiones al sacar más de dos veces al mes del cajero porque no tienen red propia. Me organizo para sacar lo que necesito esas dos veces, y no las pago. Por lo demás, mi experiencia es que funciona como un banco normal. En general, opero por internet o telefónicamente.

Cambiar de banco es un gran gesto de consumo responsable o consciente tan importante como cambiar de compañía eléctrica y contratar renovables, además es muy fácil: abrir la cuenta, ir pasando nómina, domiciliaciones, etc., a la nueva, cerrar la antigua. Y se acabó.

El banco en el que estaba me ofreció de todo para quedarme, pero hay algo muy importante que no podía darme: asegurarme que mi capital (sea mucho o poco) contribuye a construir un mundo mejor y no sólo beneficia a una élite promoviendo una economía que a menudo atenta contra la sostenibilidad de la vida. La banca ética sí lo posibilita.

También os dejo el podcast de mi sección Consuma Crudeza, en el programa de radio Carne Cruda, donde hemos abordado este asunto: Otro sistema bancario es posible. Se puede escuchar pinchando AQUÍ.

Y, como parte de este sector emergente de las finanzas éticas, podemos encontrar seguros éticos, que contratar fácilmente, por ejemplo a través de SERYES, ARÇ y CAES. Otro gran gesto de consumo responsable, al que le dedicaré algún post como este en el futuro.

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